Desde 2013 el valor del suelo aumentó, lo que asociado al ingreso familiar chileno significa que una menor cantidad de personas pueden acceder a la compra de una vivienda. Según datos de la CChC (Cámara Chilena de la Construcción de Concepción), el origen del problema está asociado a 49% en precio del suelo, 18% en aumento de normativas, 11% en costos de edificación, 10% en efectos de IVA, 3% demora en permisos y un 8% por causas no explicadas.
Junto con lo anterior, este incremento guarda relación con una baja disponibilidad del suelo atractivo para la inversión en vivienda, ya sea por limitaciones a la edificación o por falta de atributos urbanos deseables en grandes extensiones de las ciudades del país.
Al mismo tiempo, las condiciones que han afectado el costo de construir una vivienda también han impactado la efectividad de la política habitacional, disminuyendo drásticamente el número de soluciones sociales en los últimos años, por ejemplo, si en el año 2003 con 338 millones de dólares se construyeron cerca de 60 mil viviendas, para lograr una cifra similar en el año 2023, se necesitarían más de 2.100 millones.
Esto es un problema complejo, ya que la necesidad de viviendas en suelo urbano del Gran Concepción va en aumento. Según datos de la CChC con información del INE (Instituto Nacional de Estadísticas) y Encuesta Casen 2022, para el año 2035 se necesitarán 19.582 viviendas construidas, esta cifra contempla la necesidad de viviendas por variación demográfica y hogares, en déficit habitacional y la de situación en campamentos.
Es importante señalar que para disminuir el déficit habitacional se debe comprender que existe una necesidad importante de viviendas para los próximos años según las variaciones demográficas y de composición de hogares. Por su parte, planificar la ciudad de forma integral debe considerar de manera conjunta la necesidad por viviendas y el suelo urbano, debiendo entender las necesidades de extensión y cabidas que se permiten.
CChC | INE | CASEN
